Descendiente de Bantúes.
Mujer de sal, hija de Yemanya, nacida a 100 metros de la bahía de Amatique, Guatemala.
Fanática de sí misma.
Aprendiz de bruja que sueña con leer manos y leer los colores de las energías que afligen a corazones tristes.
Emigrante permanente, insumisa por vocación y rebelde por convicción, detesta la censura, la imparcialidad y el servilismo.
Se confiesa glotona en todo, pecadora irreverente, de naturaleza espontánea y pasional, Nora, no deja de expresar lo que siente, situación que ha determinado su juiciosa actitud ermitaña.
Refiere que su única tabla salvadora es la poesía, la que le permite inventar y reinventarse sin herir a corazones sensibles, sólo al suyo.